Has luchado en muchos campos de batalla, pero ninguno tan duro e implacable como esta cocina. Todo lo que necesitas es un poco de comida para tu pollito, pero el cocinero no quiere nada. La comida es para la gente, dice. Es hora de agarrar su bate de béisbol endurecido por la guerra para mostrarle qué pollo está gobernando esta cuna. Sin embargo, no va a caer sin luchar; cuanta más comida robas, más se enoja él. Y no creerías las medidas a las que recurrirá un chef enojado: desconfía de las tácticas ninja, los bombardeos de cohetes y los rodillos de pastelería gigantes, solo por nombrar algunos. Pero al final prevalecerá y garantizará la supervivencia del pollo.